Cuidados
En el mes de marzo la perra tuvo su último celo, y venía con complicaciones: no paraba de sangrar y cada vez era más abundante, así que ella llamó a un amigo veterinario; la cosa no pintaba bien, había que llevarla ya a su veterinaria. Se programó la operación para el día siguiente, 7 de marzo, por la tarde. La vaciaron y aun así salió andando de la clínica hasta su casa: La peor parte vendría cuando se le pasaran los efectos de la anestesia, cosa que ocurrió a las dos de la madrugada cuando les despertó un aullido que traspasaba el alma. Él le puso la inyección que le habían dado con tal propósito; él había pagado la minuta, él se durmió al instante. Ella estuvo en un duermevela hasta la mañana siguiente. El 8 de marzo se pararon todos los relojes, para ella y para su perra iba a ser un día duro. Él se fue a trabajar, y dejó dicho que no vendría a comer y que sus compañeras le esperaban para los preparativos de la mani. La manifestación del 8 de marzo, día de l...