The best friends
Pidió bravas y ensaladilla rusa en uno de esos miles de bares que no habÃan cambiado absurdamente el nombre a la receta y sabiendo que iba a gozar mÃnimamente de esas tapas porque sus amigas se empeñarÃan en que probase otras cosas, lo hacÃan con la mejor de las intenciones, un tópico más que añadir a la carpeta de riesgos sociológicos del vegetarianismo; no se lo tendrÃa en cuenta, estaba demasiado emocionada con el reencuentro, comerÃa cualquier cosa, pero tampoco era necesario que el camarero le plantara a escasos milÃmetros de su plato la ración de morro. Mayoritariamente se aprobó sangrÃa asà que cogorza asegurada, pensó. Cómo se alegraban de volver a verse. El tiempo las habÃa embellecido y dotado de sabidurÃas nuevas; la mayorÃa habÃan sido madres, pero aquella noche, en los relatos no era necesario expresar su amor por las crianzas en primer término. Bromeaban con la edad a cada momento; se conocÃan desde hacÃa décadas, varias décadas, alguna desde el colegio. No todas habÃan i