Te lo digo en los posos

 

Cojo la taza que ha adquirido la temperatura idónea, la dirijo hacia mi boca con la mano izquierda y doy un pequeño sorbo, tibio, dulce; noto como baja por mi tráquea y lentamente llega a mi estómago .

La dejo reposar en la mesa.

Doy dos sorbos seguidos esta vez y , de repente me entra prisa porque sé que si dejo pasar mucho tiempo la calidez del líquido desaparecerá y con ella esos sorbos de placer, pero no me apresuro, escucho a mi estómago que me dice que está listo para una ingesta más; por tercera y cuarta vez tomo a sorbos la infusión. Eructo –In sala-

Todo está bien en este instante.

Al regar las plantas he comprendido.



Fotografía: @restot




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