Al que brilla con luz propia nadie lo puede apagar
Mis primos Sergio y Toni, mi hermano y yo éramos l@s inseparables, pero aquel verano mis primos y mi hermano se fueron a pasar las vacaciones a Alcalá de la Selva y yo me quedé en el apartamento de mi tío Paquito y mi tía Maruja en Tavernes de la Valldigna, muy cerca de donde, años más tarde, Rafael Chirbes sitúa su Crematorio. Eran días tranquilos de sol y de playa, y aunque para mí era una casa familiar, no dejaba de extrañar porque era la primera vez que mi hermano y yo nos separábamos durante tanto tiempo. Debía tener seis años. Guardo pocos recuerdos de aquellos plácidos días veraniegos; no sé cuánto tiempo pasé allí, quince días máximo. Sí conservo en la memoria sin embargo, la agradable brisa mediterránea sobre mi desnudo torso infantil, los castillos de arena sin cubo, el refugio de la sombrilla tras secarme al sol. Mi prima Eva, que llegaba por las tardes y se iba por las mañanas, me preguntó una noche si quería una ballena para cenar, yo, naturalmente dije q...