Transiciones






Dos de ellas, que se habían hecho amigas cantando a Nino Bravo en la puerta del pub donde solían quedar en el pueblo, no pudieron reprimir la respuesta a unos chicos que, al atardecer en la playa de Dénia, intentaban ligar con ellas:

-¡Qué romántico, ni qué romántico!

Los chavales optaron por la retirada. Desde luego no se lo esperaban.

Ellas dos eran las más punkis del grupo; una llevaba el pelo al 2 y de color rojo, la otra tenía una actitud ante la vida decidida y firme.

Todas, las seis, habían acordado tener un fin de semana sólo de chicas porque estaban saturadas de los fines de semana en pareja, porque se conocían unas por otras y querían conocerse mejor, porque eran jóvenes y libres en aquel camping que ocuparon como si no importara nada más en el mundo que formar parte de ése grupo en ese preciso momento.

Algunas porque tenían ya novio formal, otras porque lo habían dejado, otras porque no lo encontraban y otras porque no lo buscaban; lo cierto es que allí estaban, con mucha bebida y poca comida preparándose para ir a Memphis, la discoteca local.

Se arreglaron, cogieron el bus de línea, llegaron, se dispersaron, volvieron a juntarse al amanecer y regresaron al camping.

Una se enfadó con el grupo, el grupo se enfadó con ella, una pidió perdón y el grupo la perdonó, quedando así patente lo delicado de la condición humana.

Eran de clase trabajadora, y como sabían bien de dónde venían, apuntaban ya hacia dónde se dirigirían sus vidas; unas estudiarían Magisterio, otras prepararían oposiciones, alguna probaría en el sector privado, alguna buscaría toda su vida lo más parecido a la Comuna de Paris.

Aquel encuentro fue la despedida de su adolescencia, el paso a la edad adulta, aunque entonces no lo sabían.

Espero que pronto vuelvan a encontrarse para celebrar la madurez, ponerse al día y hacerse unas risas recordando aquel viaje.





Fotografía: Maitena




Comentaris

Entrades populars d'aquest blog

¿Solo uno?

Estás hecha para brillar

Lo pasado es el prólogo