Saudade

 

“No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió.”

 

¿Os he contado las tres veces que estuve en Lisboa?

La primera fue un despropósito, como todo en mi matrimonio; aquello parecía una gincana para ver cuántos barrios éramos capaces de visitar en el menor tiempo posible, algo, sin duda, contrario al alma lusitana. Yo no daba crédito.

La segunda vez, dejado reposar el divorcio, nos fuimos una amiga y yo y descubrimos una Lisboa a la medida de nuestros pasos y de nuestro bolsillo, fue poco tiempo, como todas mis visitas a Lisboa, pero agradecido y cumplido. Hacía falta un desagravio y dimos buena cuenta de él; especial mención al barrio de Alfama, a sus humildes sardinas y a sus cantaores de Fados por un desayuno.

La tercera vez fue un viaje organizado donde además de Lisboa, visitábamos Coimbra.

Ya Lisboa estaba gentrificada, ambos tratábamos de visitar los lugares que habían quedado fijos en nuestra retina con anterioridad, aunque sí apareció el Chiado estallando en el mirador, supongo que fue uno más de nuestros desencuentros. No pudo ser.

A cambio encontramos una exposición fotográfica conmemorativa del 25 de Abril en una plaza al lado de la Plaza del Comercio y el anuncio cercano del 1º de Mayo en un lugar donde se reunían como punto de encuentro multitud de inmigrantes tras la larga jornada sin pan y algún paisa lumpen proletariado más pasao de rosca que otra cosa. Me compré un cinturón que me hacía falta y que aún hoy ciñe mi cintura en una tienda de chin@s hart@s de aguantar soplapolleces.

Todo esto me lo has recordado tú y las mil maneras de preparar el bacalao.

Tú y tu saber estar; tu agradable conversación y el deseo inconfesable de volver por cuarta vez a Lisboa.




Fotografía: Vinz (Carrer Sevilla)




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