Taxi Tuits
El
taxista pronunció con tono acusatorio:
-Denegada-
Ella,
que sabía que tenía saldo, insistió;
-Denegada-
Sacó
un billete de veinte solo por joder.
-Cóbrese- "Pedazo de cabrón que tiene el datáfono estropeado y me echa la culpa a mí".
***
Había
una parada de taxis justo delante del hospital pero prefirió estirar las
piernas y llegar hasta la siguiente. Dió la dirección e indicó la ruta
preferida. El taxista empezó a recordar su adolescencia en una sala mítica de
la zona; ella lo miró por el retrovisor.
-Debemos
tener la misma edad- calculó.
Todo
el cansancio acumulado durante días se apoderaba de ella y tuvo que hacer un
esfuerzo por devolver a su memoria a aquella época despreocupada y loca.
-Mira,
aquí vivía yo- dijo él.
Fue
la mejor carrera en mucho tiempo.
***
Le
pido la parada a un taxi y en lugar de parar acelera y sale pitando.
Le
pido la parada al siguiente y para 50 metros más lejos porque el semáforo está
en rojo. Voy corriendo, intento abrir la puerta pero está cerrada, le digo qué
pasa y me contesta que hay mucho atracador y se va.
Creo que tengo que cortarme el pelo.
***
El
taxista tenía puesta máquina total cuando subo; le doy la dirección y sigo
leyendo el blog que en ese momento me tiene atrapada. Él, maleducado, trata de
imponer su conversación que a todas luces destila cuñadismo, le ignoro y
continúo con mi lectura que se ve interrumpida al llegar al destino.
Se
cobra cinco céntimos más por la cara, por el impuesto a mi silencio.
Subo a
casa y reina la paz. Me pongo ropa cómoda y deshago mi maquillaje.
Acabo
la lectura y mi torpeza hace que se escabulla entre bites la autora de los
relatos jóvenes y atormentados que me han acompañado; es un instante que maldigo aunque sé que después haré memoria.
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