Ensoñaciones domingueras
Pues
aquí estamos Winona y yo cada una en su cama; ella en el mes de octubre del
calendario de Fotogramas leyendo el guión de La edad de la inocencia de M.
Scorsese y yo leyendo Cabaret Ploma 2, socialicemos las lentejuelas, de
Rampova.
Me
dejo llevar aún en los brazos de Morfeo, pensando que a ninguna de las tres nos
importaría despertar al lado de Sir Daniel Day-Lewis en cualquier momento de
nuestras vidas, o en cualquier momento de la suya, como mejor convenga.
Aunque
después cada uno a su casa, que a veces las relaciones son como el menú de un
restaurante chino: empiezan con un rollito primavera y acaban con un cerdo
agridulce, y eso no, nada menos ahora que soy vegetariana.
Hilando
pensamientos reparo en el parecido que le saco a Daniel, así de lejos y sin las
gafas puestas, con Billy Bob Thornton y, en que cada vez que pienso en Billy
Bob recuerdo el polvo que pegan Halle Berry y él en Monster’s Ball, de Marc
Foster; sólo igualable al de Jessica Lange y Jack Nicholson en El cartero siempre llama dos
veces, de Bob Rafelson con guión de David Mamet, y creo que tod@s hemos vivido
o necesitado una escena así de sexo libidinoso y redentor que nos haga decidir
hasta aquí, y por dónde se va ahora entre las dificultades del camino, por
decirlo fínamente, como diría Cristina Morales.
Y
nada, eso.
Ayer tomé helado de chocolate después de mucho
tiempo; sin cuchara de plástico no es lo mismo, pero su recuerdo en el paladar
me ha llevado a acabar este textito y decantarme por un final dulce como mis
sueños.
Fotografía: Crisangu72
Chinatown Valencia
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada