Mientras dormías

 



El grupo se fue formando de a poco. Primero llegaron Marcela y ella y casi enseguida llegó el primero con un libro para ella, lo había escrito su exmujer. Él le indicaba cómo le había ayudado a llegar a aquellas conclusiones e insistía mucho en los detalles mientras señalaba la importancia de cada párrafo a medida que ella avanzaba en el libro para hacerse una idea. Él le apartó con una caricia un mechón de pelo; el otro, que se había incorporado ya al desarrollo de  las explicaciones literarias, reparó en el detalle y quiso aportar su granito en la pugna por la mujer cogiéndole la mano derecha y besándosela, ella dejó por fuerza de leer, él detuvo sus explicaciones y miró indignado al otro que le devolvía desafiante la mirada.

Ella volvió de nuevo la vista hacia el libro y se alejó del grupo continuando la lectura sin poder evitarlo. Sabía que había llegado el momento de escoger y no podía hacerlo.


                                                                                     

Fotografía: El abrazo de la china.

                                                                              

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