Eternamente Yolanda
Al entierro de mi primo Sergio vino Yolanda León; vino mucha gente, amig@s del instituto y de la vida, pero Yolanda habÃa vivido con nosotr@s nuestra más tierna infancia en brazos de la Educación General Básica y habÃamos sido compañer@s desde párvulos hasta las cercanÃas de la Secundaria. Yolanda era la que nos enseñaba a cantar en las primeras excursiones a la fábrica de yogures Danone en un polÃgono de Valencia, Ay picoleto, picoleto hijo de puta, y otras más igual de irreverentes en el trayecto que nos brindaba el autobús. También fue la que en el mes de Mayo, mes de MarÃa que madre nuestra es y a la que habÃa que llevar flores en el altarcito que tenÃamos en clase, trajo un cactus que con el florecer de la primavera fue creciendo y adquiriendo unas determinadas proporciones que no reproduciré aquÃ. En el entierro me habló de una acampada y me preguntó ¿Te acuerdas? Yo no me acordaba pero dije que sà porque no tenÃa ganas de llevarle la contraria; y más que dudar de mi memo