L'Ateneu Russafa o Amanece que no es poco
L’Ateneu Russafa o Amanece que no es poco L’Ateneu Russafa se gestó en la década de los noventa en la calle Literato Azorín y vió la luz en la calle Dénia 67 en unos meses. Valencia era una ciudad que despertaba del puritanismo provinciano, y lo hacía poco a poco, tras un letargo intermitente en el que los intersicios iban a ser determinantes en la construcción de un espacio con vocación de barrio y de vanguardia, nada menos. La planta baja era propiedad de un carnicero y en ella se había alojado hasta no hacía mucho el casal de la falla Dénia-Cuba. El edificio tenía posibilidades ya que contaba con barra, lavabos y escenario con foso incluído. Las labores de rehabilitación se establecieron en domingos rojos y los miércoles por la tarde tenía lugar la asamblea. Como el planteamiento para subsistir y dar contenido a tan magno espacio consistía en celebrar conciertos, cuánto más etílicos mejor, les dió por inaugurar un sábado a mediodía con cous-cous y performance