Confluencias
-Menuda semanita- pensó mientras metía la llave en la cerradura de su nueva casa; la que hacía número trece y que esperaba fuera la definitiva. Había sido nómada sin proponérselo a lo largo de toda su vida, en su cabeza sonaba la canción de Franco Battiato “caminante que vas buscando la paz en el crepúsculo, la encontrarás al final de tu camino”. Una vida no exenta de sinsabores, pero también con no pocas etapas plácidas y felices. Había conocido el amor y el placer juntos y por separado y ahora que ya tenía en la mirada más cercana la contemplación de la vida que su participación activa, había decidido, sin embargo, enfrentarse a un nuevo proceso de decoración para poder llamarlo hogar. Atrás quedaban meses de interminable reforma y un largo y tórrido verano que no hacía mas que confirmar cada día con inexorable exactitud el cambio climático tantas veces advertido por la comunidad científica, tantas veces ninguneado. Se propuso comenzar por abastecerse de los útiles necesa...