Puf era un drac màgic
Puf era un drac màgic Aprovecharon la doble circunstancia de huir de las Fallas y asilarse en casa de un@s amig@s exiliad@s económic@s en Londres para conocer la ciudad del underground, o lo que quedaba de ella. Vieron todo lo que les dio la gana, y el único objeto de discordia diaria se encontraba en si coger el metro o el autobús. Ella quería siempre coger el metro porque pasaba cada dos minutos y era su particular venganza hacia la FGV, y también por el morbo que le producía encontrarse bajando las escaleras de la mismísima “Un hombre lobo americano en Londres”, además porque cada día se renovaban los preciosos conciertos improvisados por bandas variopintas y porque allí había color; un lujo al alcance del bolsillo. Él, sin embargo, prefería el bus porque así podían ver la ciudad, y por ese gesto romántico pero poco práctico de subir en un double decker; también insistía en que el C10 les dejaba prácticamente en la puerta de casa cuando volvían doblaos de algún pub. ...