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Transiciones

Imatge
Dos de ellas, que se habían hecho amigas cantando a Nino Bravo en la puerta del pub donde solían quedar en el pueblo, no pudieron reprimir la respuesta a unos chicos que, al atardecer en la playa de Dénia, intentaban ligar con ellas: -¡Qué romántico, ni qué romántico! Los chavales optaron por la retirada. Desde luego no se lo esperaban. Ellas dos eran las más punkis del grupo; una llevaba el pelo al 2 y de color rojo, la otra tenía una actitud ante la vida decidida y firme. Todas, las seis, habían acordado tener un fin de semana sólo de chicas porque estaban saturadas de los fines de semana en pareja, porque se conocían unas por otras y querían conocerse mejor, porque eran jóvenes y libres en aquel camping que ocuparon como si no importara nada más en el mundo que formar parte de ése grupo en ese preciso momento. Algunas porque tenían ya novio formal, otras porque lo habían dejado, otras porque no lo encontraban y otras porque no lo buscaban; lo cierto es

Familia

Imatge
A Pepe, mi padre. Cuando una desgracia pesa sobre un país, siempre, en lo primero que piensas es en la familia. Por eso mi abuelo, que pasó cinco años en una cárcel franquista por mantenerse fiel a la República, sólo pensaba en nosotr@s y en tenernos a tod@s lo más cerca posible; por eso cada viernes se organizaba la reunión familiar en su casa: una cena en la que cada mujer traía algo hecho de casa para compartir entre tod@s. Mi madre siempre hacía una tortilla de patatas de diecisiete huevos, y siempre tenía que salir mi tía Pilarín (te amo, tía) a decir que guardáramos un poco para Gabriel, que llegaba más tarde, porque siempre se acababa. En los momentos de los preparativos, mi prima Eva, estudiante de Medicina, nos reunía a nosotr@s, l@s pequeñ@s en una habitación y cada viernes nos contaba una parte de la Odisea de Homero: los doce trabajos de Hércules, Circe, el cíclope Polifemo, el regreso de Ulises. Argos, Penélope y Telémaco. También había mucho interés en